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Meditaciones fantasmagóricas

Perturbaciones

Obnosis

Leyendo a Álex Rovira, encuentro esta palabra de origen griego que, como explica el autor, es la acción o resultado de obviar aquello que es obvio; de olvidarnos de aquello que es necesario y primordial, que no recordaremos que está hasta el momento que nos falte.

Se nos olvida el aire de alrededor, el valor del trago de agua que sale del grifo, el bote de alubias del armario... lo obviamos tanto, que lo olvidamos.

Obviamos el trabajo del compañero de enfrente, del de un lado y del otro... Tenemos las narices de obviar el saludo al vecino, las pocas para obviar sus problemas... de dar por obvias cosas que seremos capaces de echar de menos. Obvio, como nosotros.

Y obviamos también que la ortografía existe por una razón obvia.

El escalerador

Se hizo su propia escalera para subir a la azotea.

Hubiera bastado con pedirla prestada, cualquiera presta una escalera. Pero él quería su escalera, no cualquier escalera. Y a su modo, sin preguntar a nadie, empezó a alzar los escalones, uno a uno. Subiendo cada vez más.

Los primeros escalones, que eran maravillosos , recordaban aquellas viejas escaleras de caracol, de fundición, áspera. Con rombos desproporciadamente largos en el piso de cada peldaño que difería con el siguiente en treinta grados. Apenas le costó esfuerzo conseguir mantenerlos en pie.

Pero, a parte de la inexperiencia, el orgullo le jugó una mala pasada. Conforme subía escalones, la escalera perdía estabilidad, cosa que cualquiera le hubiera advertido. Pero él no aceptaba consejos de cualquiera, causa segura de que tampoco los pidiera.

La espiral escalonada llegó a caer hasta tres veces con el escalerador encima, azotándole en el lomo, los brazos y las piernas. Así que, utilizando lo primero que tenía a mano: una cuerda de tendedor, cuatro piedras grandes de formas irregulares y el palo de una escoba; improvisó un poco común, pero no por ello menos eficaz para el fin que quería, sistema de sujección.

Siguió girando hasta los 21 peldaños y los amarró a la azotea. Desmontó el tinglado que había servido de sujección y les hizo un hueco en el viejo baul, con la confianza de volver a utilizarlos algún día.

Con gran satisfacción merendó en la cocina, sin prisa, todo el embutido acompañado de pan que pudo antes de las siete. Subió una hamaca a la azotea, la extendió de forma que pudiera ver el oeste y la montaña más grande por encima de las demás casas; y se quedó mirando el contraste entre el rosáceo y el azul que formaban esta última y el cielo hasta perder de vista la montaña.

A simple vista

A simple vista no se ve lo cuadrado que me estoy poniendo. En el espejo tampoco. Pero mi cuadratura está ahí, más lejos que las líneas que perfilan mi enjuto cuerpo. Lo noto.

Sacar piedra, a martillazos, de la pared, con la ayuda de un martillo, obviamente, y un destornillador de estrella mutilado a modo de cincel, es lo que tiene. Quemar energías y espantar algún fantasma, al menos.

Además de fumigar cargando demasiado la bomba, ya tengo casi el brazo izquierdo igual que el derecho, superando en simetría al lider mundial de tenis. Que igual mañana voy a jugar un partido y en cuatro días le pongo en apuros... Mejor al frontón, por aquello de no parecer al tipo del anuncio que juega a ping-pong.

¿Y si voy al gimnasio? Podría acabar quitándole papeles al gobernador de California... Prefiero meterme en problemas con Nadal, cuando no Amelie Mauresmo.

Carnival

Ahí está, dándonos un empujoncito, para que no vuelvas a comer carne en cuarenta días. Ese día, el último que está permitido la carne, la gente trata de cenar y recenar aún pasada la media noche; ignorando las leyes de la iglesia. Tratando de darse el atracón de pecados carnales, intentado pasárselos a un payaso, un escocés o una vaca.

Caso omiso a la iglesia en uno de sus días señalados, caso omiso también en los días no señalados.

Aunque como dicen por alguna parte: todos los pecados nos han sido perdonados; o como dijo algún viejo carcamal: Dios ha muerto por todos nosotros; aunque alguno no lo entienda o no quiera hacerlo, alargando el coma en dos muertes cerebrales.

Buscando

-Ando buscándote a gritos.

-¿A mí?

-Ven. Acércate,  para que te susurre algo al oido. No tiene por qué ser de nada.

Perdóname

Perdóname padre porque he pecado. ¡Perdóname!

Si bien es cierto que nunca he robado un bolso, padre, nunca he robado la radio de un coche, así como tampoco un dvd en El Corte Inglés. Padre, he cometido otros pecados, padre.

He robado propiedad intelectual padre. He robado cultura padre.

Cuando te ví aparecer, entonces me dí cuenta de el error cometido. No podré perdonármelo jamás, padre.

Padre, he caído en la trampa del demonio. Aquel que decía que la cultura enriquecía a quienes la poseían. Aquel que escupe fuego sobre tí, padre, esperando que tu juicio estuviera más acorde "a los tiempos que corren", según ese mismo demonio.

Y aquel que decía que compartir es vivir después de pedir que no comiéramos "pezqueñines". No hay más que ver que aquellos que se mantienen puros y llegan al cielo en cohete espacial tienen poca pinta de compartir. Ensalzamos la propiedad privada.

Como ves, todo ha sido un malentendido. Me dejé engañar por aquella víbora zurda.

Jamás podré olvidar esas imágenes "al azar" de aquella película de la que había visto diez minutos.

Porque solo tú eres grande, solo tú, señor.

Año de nieves

Cambio mi apuesta al negro.

Tangentes

Escuchando historias. Nuevos personajes, nuevos papeles. Esperando aprender en tercera persona. Tomando las curvas de la línea argumental.

Izquierda, derecha... arriba, abajo... hasta encontrar el punto en el que las historias tocan el camino de mi historia, con el mismo sentido.

El tramo tangente entre mi realidad y mi ficción. Donde el sujeto se transforma en mí.

Rubick

Siempre he resuelto los problemas con un cierto orden anárquico. En sistemas lineales con, o sin, rodeos, con, o sin, atajos, siempre llegaba al la solución. Por algo desconocido que hacía conocer a mi cabeza leyes que no conocía.

Siempre conociendo más, sacando más, pero siempre con lo mínimo. Con la mínima expresión común. Encajando las piezas una a una como en un cubo de Rubick, con una aleatoriedad extraña que hacía coincidir sus colores donde debían estar. Inventando incluso. Casi sin saber porqué.

Hasta el día que el casi se esfumo. Y me enfrenté al mismo dado de colores. Con ayuda, y con desayuda de ciertos agentes externos que no me dejaban estar en lo que estaba.

La anarquía de cada uno de sus cincuenta y cuatro componentes parecía impedirles estar juntos de más de a dos. Y casi se repelían. Los colores opuestos casi que se atraían. Y como dijo aquel viejo anarquista francés se dedicaban A GOZAR, solo que ese goce no me incluía en sus planes y me resultaba bastante molesto.

Así que he pensado en someterlos a un común denominador y moverlos en el orden que imponen las leyes lógicas del espacio y las tres dimensiones. Que como no las conozco, comenzaré de nuevo, buscando la mínima expresión común y desarrollándola en mi inmensa anarquía mental, espero, con resultados provechosos.

Y sabiendo, OF COURSE, ahora, que girando una fila de tres casillas de un mismo color juntos, por el vértice común, deja todas las piezas con un movimiento relativo entre sí igual a cero; vamos, que giro todo el cubo y no un plano.

Aluminosis

La vida no es lo que parece.

Después de años pensando que algo ha cambiado, descubro atónito que no ha cambiado nada. Que la memoria perdura. Que la gente no es tan fuerte como aparenta ser.

Lo que a mí me parecía superado, se muestra en perpetua aluminosis. Sin saber bien que hacer para acabar con ella. Queriendo desplomar su peso a causa de ella sobre el terreno al que siempre ha querido ir.

Hay ilusiones que siempre están allí. A veces se ocultan y a veces se muestran. Pero el paso del tiempo y los hechos no las cambian.

Paralelos

Caminamos paralelos. O casi.

Nos acercamos y nos alejamos, pero no nos juntamos. Tampoco nos alejamos mucho.

Me izquierdo, te izquierdas. Me enderezo, te enderezas. Me aderezo, te enderechas.

Te izquierdas, me atraes. Te paras, me paras. Caminas, camino. Te apartas... me caigo.

¿Te caes?

Me tiro.

Seguimos caminos para lelos.

Movimiento

Escalera arriba, escalera abajo. Tropiezo. Ganancia de energía potencial. Altura igual a cero. Saludando a San Pedro.

¿Qué cojones pasa ahora?

Zarzales

Y me vuelvo a dejar caer en los zarzales. Y me adentro en ellos sin pedir permiso y sin fijarme en las señales. Y me veo arañazos por todo mi cuerpo. Y me adentro más, hasta no encontrar salida, perdido una vez más.

Si sigo en el mismo camino la volveré a encontrar. Una salida al vacío o una salida adelante. Una salida, al fin y al cabo, al mismo camino cíclico que me deja en el mismo sitio, pero cada vez más cansado.

Una vez fuera, buscar otro camino. Otras fuentes de las que beber, de las que brote agua limpia. Sin circuitos cerrados.

El fin del mundo

Hemos sobrevivido a dos fines del mundo.

Somos inmortales.

Carretera desierta

Ayer volvía del curro para casa en una carretera desertísima. Y me dio por pensar.

Cuánto daño ha hecho Iker. El santo que engendró en su vientre el último título futbolístico nacional no, el raro.

Iba yo por la carretera curva ras, ayba que me paso. Viene un coche de frente... ah no, es una luz de una caseta...  pensé, porque yo a veces pienso: "¿ si me saliera ahora la chica de la curva?"

Y la imagine delgada. La imaginé bella, pero con el rostro marcado por el sufrir. Cabello castaño y vestida de blanco. Con una tez casi tan clara como su ropa.

Y me empezaron a recorrer la cabeza millones de hormigas infinitesimales de lado a lado, todas a una. Vamos, que me acojoné de pensar que pudiera pasarme algo así.

A pesar que sé que la leyenda es absurda. Cómo puede saber alguien que una chica vestida de blanco en las curvas va "matando" a todo el que pilla si nadie ha sobrevivido. No supe si en una situación así, pararía al desconocido, en este caso desconocida, que necesita ayuda.

¿Vosotros (as) qué haríais?

 

Fase o Neutro

Alguien dijo alguna vez, de manera suficientemente acertada como para entrar en un museo, que le encantaban los números por su carácter neutro. Y así, durante años, escribió su historia sin más complemento que un escueto "hoy" y la fecha de cada día.

La neutralidad de los numeros me parece irrisoria. Para empezar es una representación abstracta de cantidad. Y hay representaciones de ellos de todas maneras habidas y aún por haber.

Los números representan vicio y hambre, si o no, muerte y vida. Si fueran neutros mayo del 68 sería igual que cualquier otro mes de la historia del siglo XX.

Los números, son también aproximaciones. ¿Qué neutralidad puede tener una aproximación? Según por donde lo tomes, al alza o a la baja... Ninguna. Además, cualquier día tiramos todos nuestros sistemas métricos a la papelera de reciclaje.

Las letras. Por sí solas son también representaciones abstractas. En conjunto, pueden llegar a significarlo todo. Pero, por otra parte, pueden no significar nada, que es de lo que más cerca andamos cada día. Pueden ser mentira y pueden ser realidad.

Ya solo nos quedan los hechos. Que los cultiva uno mismo. Que caben a interpretación, pero que en definitiva son los hechos, no las interpretaciones, las cuales son meras aproximaciones y letras.

¡1 up!

Camino empedrado de horas, minutos y segundos.

La gran incógnita del ser humano. ¿Qué cojones es la vida? En cienes y cienes de años ha habido más ideas de vida que filósofos. En cienes y cienes de años, cambia la vida. Cambia su sentido.

Pasado el tiempo en que la Tierra era el centro del universo, en que un tal Dios nos creó a imagen y semejanza, volvemos a buscar un nuevo sentido a la vida. Un nuevo porqué. ¿Es trabajo? ¿Es dinero? ¿Es propiedad?

Parece ser que nuestro planeta se formó hace la tira de años al expandirse el universo de forma practicamente aleatoria. Girando en derredor de una gran masa con mucha energía, llamado sol. A una distancia que permite una temperatura adecuada para la subsistencia de vida.

Todo esto ya es bastante casualidad. Pero ya, si le sumas, que no se sabe como hay un comienzo de vida. Que el comienzo eran especies unicelulares. Y toda la evolución que ha habido desde entonces hasta ahora. No me queda más que pensar que esto es una coña increible. Es lo que regalan las hadas.

La vida es potra. Puede que dentro de la probabilidad de lo improbable que es la vida halla una para tener dos vidas. Pero de lo único que estoy seguro es de que tengo esta. De que tengo la suficiente mierda de estar en este jodido planeta con la divina oportunidad de disfrutar.

Mal recibimiento a la representación holandesa

Los príncipes de Holanda son increpados por un grupo de cinco personas en su visita a la Expo.

Los agresores lanzaron lo que parecían ser piezas de puzle. Todas ellas de color negro.

De lo poco entendible que salió de sus gargantas llegamos a la conclusión que se trataba de un grupo de perturbados escapados de un manicomio. Al parecer, los mermados mentales, compraron el susodicho puzle para adornar su altar kitch. Sin darse cuenta del color de la chaqueta del príncipe y del número de piezas que debían de formarla.

Al hacer uso del pasatiempo, no pudieron más que dejar sin chaqueta a Willem y acabar con su esposa.

Willem y Zorreguieta no salían de su asombro ante tan absurdo ataque. Es la primera vez que me ocurre algo así- narraba Willem-. Ni en mis peores pesadillas imaginé un ataque terrorista de tal magnitud.

Máxima expresó su enfado con insultos tales como boludos, pendejos del orto y gallegos de mierda.

El gobierno español ya se ha puesto en contacto con la Casa Real Holandesa para arreglar el desaguisado de semejantes energúmenos.

Fuente:                       .

Topotines

Había puntos gigantes por todas partes. Algunos eran amarillos. Otros eran azules. Pero uno era blanco.

Los expertos no tenían explicación alguna para un punto blanco de semejante embergadura.

Por supuesto, comprendían el porqué de los puntos azules y de las siluetas amarillas. No es difícil deducirlo en un contexto de puntos amarillos y azules. Pero el blanco reflejaba el color de su mente ante tal descubrimiento.

Los filósofos, entonces, comenzaron a discutir sobre su significado y consecuencia sobre el mundo en que vivimos. Algunos llegaron a afirmar que no existe. Pero, es obvio, que el punto blanco sigue ahí. Puede ser el único ente que no se halla desplazado en todos estos años. Al menos, eso marcan los medidores tan avanzados que la tecnología nos ha dado. Tampoco hay explicación para ello.

Hay gente que piensa que nunca se conocerá su valor.

Por eso, de momento, dejémoslo donde está y tengamos la fiesta en paz.

Microrrelatos III

No sabía que aquel culo era un corazón dibujado en su honor. Cómo lo va saber. Efectivamente, aquel corazón tenía más pinta de culo. De hecho, si le dabas la vuelta, era igual.
- La pobre criaturica, todavía no distingue bien los colores.
- ¿Cuántos años tiene? ¿Doce?
- Sí, señor director.
- Pues ya va siendo hora de que aprenda lo que vale un peine.
- Pero... Director...
Antonio no aprendió nada más que un color, el color de la sangre.