Gracias
Graias, porteros de la Oasis, por no permitirme desperdiciar mi dinero en vuestros sueldos.
Qué poco me miran a los pies otros días.
Graias, porteros de la Oasis, por no permitirme desperdiciar mi dinero en vuestros sueldos.
Qué poco me miran a los pies otros días.
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