And there is a train
Hasta hace cuatro días no me había leído nada más que los libros obligatorios del colegio. A partir de esos días y hasta hoy, he conseguido leerme dos.
Soy un perezoso. Me cuesta ponerme a hacer las cosas demasiado. Incluso las cosas que me gustan.
Cuando era un crío me encantaba leer. Deboraba los libros del Barco de Vapor y del Aladelta de un día para otro. Hasta en un día me los comía.
Pero con el paso de tiempo dejé la lectura para revistas de... heavy metal. No veas cómo escribían, y siguen haciéndolo, los tíos. Más tarde, internet me aportó lecturas de... heavy metal también. Y al tiempo me dí cuenta de cómo escribían.
Al meollo. El caso es que una amiga me recomendó un libro. Se puede decir cual era, puesto que no era de heavy metal, era 1984 de George Orwell. Y me buscó alguna página donde poder leerlo. Y así lo hice, me lo leí. Por internet.
El otro día fuimos a la Fnac y, a parte de dos discos de Opeth, me pillé un par de libros. Uno era la Guía del autoestopista galáctico y el otro uno que me recomendó, que todavía no he leido, y que no recuerdo su nombre.
Pues empecé a leerlos en el tren, ese mismo día. Y hoy ha sido el viaje de tren más aburrido en mucho tiempo. Se me ha acabado el libro antes de subir al tren. Mucho antes de subir al tren.
Menos mal, que se han conjuntado una serie de planetas reflejando luz en la ventana de enfrente de mi casa, y me ha hecho recoger el mp3. Si no, me tiro en marcha.
4 comentarios
Rubén -
leedlo todos, malditos!!!
Vanlat -
Bestes!!
Vanlat -
torbara -
Primero la lectura y después el cine. Ya verás buahahaha
Eso sí, el heavy metal siempre, coñe.