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Meditaciones fantasmagóricas

Elrecciones

Por primera vez, para el blog, para mí no, llegan unas elecciones.

Motivo de alegrías en tiempos atrás cuando los políticos y los españoles iban unidos a por una España democrática. Con una constitución consensuada por todos los partidos y acogida con fervor por la inmensa mayoría de los ciudadanos.

Codo a codo, se labraba un futuro para este país. Se ponían los pilares para entrar en la comunidad europea más tarde. Y para ser lo que hoy somos también.

En los políticos ya no hay esa esperanza de cambiar las cosas. Las cosas están muy bien como están. Discuten entre los dos más laureados partidos y se reparten el pastel por igual. Manipulan y engañan a la población con tal de conseguir un puñado más de votos que el rival. Si hace unos días, en una entrevista a Zapatero, se le pillaba diciendo que tenían que meter tensión en el asunto, como si no hubiera poca ya, y dramatizar; tiempo después, alguien del partido popular suelta que la única estrategia a seguir es conseguir que los votantes del partido socialista no acudieran a votar.

Éste es el país democrático en el que estamos. En el que, por si fuera poco, la televisión, probablemente la religión del siglo XXI, apoya a los grandes partidos sin tener en cuenta los errores del pasado, dejando en la cuneta al resto de partidos políticos. Se nos invita al bipartidismo desde los medios de comunicación mediante la desinformación.

En estas elecciones, al menos en mi caso y en el de varios conocidos, no se sabe a quien votar, mientras que sí saben a quien botar.  Muchos tienen claro a quién no va a votar, pero no a quién sí.

Está claro que la mayoría sabe a quien votar. Pero creo que esa mayoría se debe a una creencia estúpida de que hay que votar siempre a los mismos. O al arakiri de la democracia, el voto útil. Alguna vez leí, en algún sitio, la frase que brotara de los labios de alguna celebridad, que venía a decir algo así como que el mundo está como está porque los más inteligentes están plagados de dudas mientras que los menos decidían en un pis-pas(PIS-PAS).

Y otra vez, unos personajes sin dudas, hicieron su aparición en las elecciones en forma de asesinato. La campaña se "suspendió" durante las restantes horas hasta el fin de plazo de hacer propaganda electoral. Estas cosas me dan que pensar sobre la vericidad del último libro que me leí, aunque seguramente esté equivocado, pues me pasa a menudo.

En fín, mi deseo utópico para las próximas elecciones es que se trabaje en beneficio de los españoles de a pie, quien quiera que gane mañana.

Suerte!! 

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