Para toda la eternidad
Ahí siguen, día tras día, año tras año y siglo tras siglo. Aportando verdades no refutadas, mentiras colosales y promesas de dudoso cumplimiento. Sin acatar pero procurando que se acaten sus normas de hace milenios- sí, esas que se basaban en el conocimiento de entonces y que no han cambiado un apice si no es para retroceder en el tiempo.
Pero hoy en día pueden hacer lo que ellos no permitirían: manifestarse, aunque solo sea por tocar (digamos las fosas nasales) las fosas nasales.
Están sembraos.
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