Piensa en tí
¿Qué? ¿Cómo te sientes ahora? Piensas que te has pasado de la raya, ¿no? Sabes que ya no hay vuelta de hoja, ¿verdad?
Lo de hoy no se lo vas a contar ni a tus padres ni a tus viejos amigos. Sólo lo comentarás con tus nuevos amigos. Probablemente os jacteis y riais. Estais con un subidón increible algunos y otros de bajón. Pero ya no hay marcha atrás.
Disfruta de tus nuevos e incondicionales amigos. Esos que siempre confiarán en tí. Que te seguirán queriendo a pesar de que cambies tu forma de pensar o de actuar.
Piénsalo bien, otra vez.
Podrás contarles lo ocurrido hoy, lo que ocurra en las próximas. Podrás contarles todo, cuando los vuelvas a ver, si te dejan contarselo.
Continuarán queriéndote siempre que pienses igual que ahora, no podrás cambiar un ápice, tras los años de vivencias que tengas. Aquel día, en el que tu cabeza de una vuelta de tuerca, aquel día, volverás a ser un clandestino, como ahora. Pero doblemente clandestino.
No podrás tener una relación normal con nadie. Olvídate de mujer e hijos, despídete de tus viejos amigos y de tus padres, quienes, aunque no lo pienses, podrían seguir ayudándote y enseñándote muchas cosas.
Llevais cuarenta años, puede que más, haciendo lo mismo. Con el mismo resultado. No teneis nada. Sois unos desgraciados. Qué fácil es tener un arma entre las manos. Qué facil.
Y piensa ahora que has dejado un niño huerfano.
Introspeccionate.
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