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Meditaciones fantasmagóricas

System of a Down

No se como decir esto son la ostia.

A finales del siglo XX nació esta gran banda. Es la cosa más rara que he podido oir a lo largo de mi vida. A estas alturas es complicado hacer algo tan original y fresco, más aún en el enrevesado mundo del metal, que, aunque ahora está creciendo a pasos forzados y con la colaboración de algunos medios amén de internet, se saturan pronto los estilos.

Cambios de ritmo impredecibles machacan los oidos a todo trapo. Y sus cambios de timbre y tonalidad, extraños en cualquier otro grupo, aquí suenan de espanto. No se puede comparar musicalmente a ningún otro grupo. No hay otro grupo.

Podríamos decir que son los últimos Metallica que se darán en la escena. Desde mi punto de vista unos Red Hot Chili Peepers más introducidos en el metal y la brutalidad. Tienen idas de olla por doquier. Cualquier tema tiene multiples puntos. Ahí destaca ante otros grupos, en los que sus canciones en su mayoría tienen uno o ninguno.

Podríamos decir que eran lo que nunca fueron. Y yo soy un descubridor póstumo de su obra. Los había escuchado antes en televisión, pero a pesar de haberme gustado alguna cosa, nunca demandaron mi atención, hasta ahora.

Ahora separados solo nos queda escuchar sus antiguas joyas plásticas con nuestro ordenador cd o el nuevo compacto de su cantante, Serj Tankian. Ya nada será lo mismo... A menos que vuelvan...

Oremos

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